sábado, 18 de septiembre de 2010

La Justicia evalúa el libro ‘David Graiver El Banquero de los Montoneros’

[PERIODISMO + INVESTIGACIÓN] Y, la historia dirá! Y la historia intenta contar.

El Periodista y escritor nuevamente en la escena pública por la relevancia que toma el libro biográfico de David Graiver, ahora a la Justicia. 

   

El Dr. Marcelo Parrilli ha presentado la tercera edición del libro David Graiver El Banquero de los Montoneros, ante el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal Nro.3 de la ciudad de La Plata, Pcia. de Buenos Aires, que entiende en el caso Papel Prensa, con la intención de ayudar a la búsqueda de la verdad sobre las violaciones de los derechos humanos cometidas en épocas de la dictadura militar que atañen a ese procedimiento penal.
Gasparini cuenta: “En mi libro exploro la hipótesis de una inversión de alrededor de 17 millones de dólares de la organización Montoneros en el grupo Graiver. Consistió, a mi entender, en una operación concertada entre los jefes de la mencionada organización y el propio Sr. David Graiver, con el consentimiento de la Sra. Lidia Papaleo y conocida por Sr. Isidoro Graiver, quienes nunca denunciaron esa inversión ante la justicia estando en libertad. Los Graiver y sus allegados nunca fueron extorsionados, amenazados o secuestrados ni torturados por  Montoneros sino por el régimen militar 1976-1983. Sería inadmisible justificar los vejámenes sufridos por todos ellos bajo el poder clandestino y genocida de las Fuerzas Armadas por el aparente origen ilegal de una fracción menor del valor de sus bienes calculados, en su totalidad, en 200 millones de dólares, de acuerdo al inventario que figura en mi libro.”

Su contenido intenta contribuir a la reconstrucción histórica. La versión que allí desarrollo no pudo ser verificada por la justicia en ningún lugar del mundo. Los fondos guerrilleros presumiblemente se incorporaron a los bancos extranjeros de David Graiver. Los tribunales argentinos estimaron que su propiedades en el país no fueron contaminadas con dinero proveniente de los Montoneros. Si así no lo hubiera sido, el presidente Raúl Alfonsín no habría indemnizado a los herederos de David Graiver con 84 millones de dólares debido al expolio del que fueran objeto por obra de la dictadura 1976-1983, resarcimiento dispuesto por decreto del 28 de enero de 1986, y tampoco el diario Clarín habría escrito al día siguiente que "los supuestos delitos y conexiones con organizaciones terroristas no fueron probados a la luz del derecho".

En el libro Montoneros final de cuentas escribí que fui torturado con picana eléctrica por Jorge Acosta, Alberto González Menotti y Francis William Whamond y que entre las preguntas bajo tormentos que me hicieron querían saber si yo había sido o conocía a los doctores "Paz" y "Peñalosa", supuestos emisarios de Montoneros que habrían estado en contacto con David Graiver, ante lo cual no pude responder nada porque no sabía ni supe quiénes eran.

En 1983 fue publicada por primera vez la historia de estos "doctores" en el libro del general Ramón Camps, El poder en la sombra El affaire Graiver, quien no señaló a ninguna persona existente que pudiera haber sido alguno de ellos. Ahora son evocados nuevamente por Patricia Bullrich y Elisa Carrió, quienes me atribuyen la apócrifa identidad del "doctor Paz", cuya fuente de información sería  Rodolfo Galimberti, fallecido en 2002. Confirmo el desmentido de mi libro de 1988: no tuve ni tengo nada que ver con esas imputaciones y rechazo las acusaciones también vertidas por Bullrich y Carrió de que pude haber colaborado con los militares durante mi cautiverio en la ESMA. Subrayo que jamás brindé a las Fuerzas Armadas ninguna información que pudiera permitirles reprimir, secuestrar o matar a persona alguna.

Dadas las rectificaciones públicas vertidas por Bullrich sobre sus dichos que me conciernen, las cuales acepto de buena fe, me reservo sin embargo los derechos de demandar en lo civil por "real malicia" a los periodistas Carlos Pagni, Joaquín Morales Solá y Jorge Lanata, y al presunto agente multiuso Juan Bautista Tata Jofre, que continúan propalando acusaciones falsas en mí contra.

Por otra parte, constato que en el escrito que Lidia Papaleo le diera al gobierno para ser incorporada al informe que presentara la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner el 24 de agosto de 2010, no se expone ninguna alusión a amenazas que le habrían hecho Montoneros, como pretende cierta prensa. Además, en la entrevista que Lidia Papaleo le otorgara al diario Tiempo Argentino el domingo 29 de agosto de 2010, dice: "También hubo una llamada de Montoneros, o eso dijeron". Se refirió así a una llamada telefónica que le habrían hecho a Méjico poco después del asesinato de su marido, David Graiver, el 7 de agosto de 1976. Según lo publicado en la página 198 de mi libro, esa llamada se produjo el 9 de agosto de 1976 y los Montoneros lo hicieron para acompañarla en el sentimiento, no para amenazarla.  

Al propio tiempo, Lidia Papaleo le dijo a Tiempo Argentino que no tenía "ninguna" relación con Montoneros, mal pudieron amenazarla si esa relación nunca existió. Que Lidia Papaleo haya consentido la inversión de los Montoneros en el grupo económico que lideraba su esposo, como afirmo en mi libro, no significa que ella tuviera un vínculo con la guerrilla peronista, más allá de que su primer marido, anterior a David Graiver, fuera Enrique Walker, conocido montonero, fundador de medios de prensa que expresaban la política de la "Tendencia Revolucionaria" y de la guerrilla peronista, desaparecido durante la dictadura militar.

Lidia Papaleo indicó a Tiempo Argentino que yo, y "otros", en 1989, "dijeron que habían sido testigos de cuando David agarró la plata, entonces se le devolvieron 16 millones de dólares". La primera edición de mi libro apareció en 1990, no en 1989. En su página 233 cito al hoy diputado nacional Miguel Bonasso, en declaraciones públicas efectuadas en México el 28 de julio de 1977 que salieron en el diario El Sol, anunciando que los Montoneros, organización de la cual era en aquella fecha portavoz, había recuperado la inversión efectuada en el grupo Graiver, la cual, consignó Bonasso, fue "transferida a otros sectores de la burguesía nacional".

Comunicado de Juan Gasparini, el 17 de septiembre de 2010.

 

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