viernes, 10 de septiembre de 2010

Chile al servicio de la TV

Llegó en el momento justo. Después del derrumbe, después de la tragedia, después del terremoto que despertó a chile del sueño de la concertación. Todo un país, y el mundo podríamos decir, posa sus ojos solitarios sobre el pozo con 33 mineros atrapados.
El comienzo de la historia ya lo sabemos. 33 mineros chilenos se internan en las entrañas del monstruo que acaba de sacudir al país. Quieren llevarse oro y cobre. Pero no para ellos. Trabajan para unos empresarios truchos y abandónicos, que les pagan un sueldo decente, pero no los cuidan ni los protegen, y a la primera de cambio se mandan a mudar.
Quedan atrapados a 600 metros bajo una roca gigantesca. 19 días después aparecen todos vivos y sanos, cuando algunos ya los daban por muertos. Son simpáticos. Están tranquilos. Hablan con palabras sencillas, destilando una sabiduría ancestral. Chile se enamora de ellos en un santiamén.
“mineros” es la mezcla perfecta de survivor con gran hermano, pero mejor, porque el formato es irresistiblemente familiar. Chile es un país minero. Entonces algunas cosas ni hace falta explicarlas. Por ejemplo, que existen tres clases de mineros en chile. Están los que trabajan para codelco, la gigantesca minera estatal. Son los que ganan más, los que tienen mejor pensión y mejores condiciones de seguridad.
Después están los mineros de empresas privadas, como estos 33. Trabajan para pymes de minería, muchas de ellas en manos de especuladores y buscavidas. Meten una inversión de dos, tres, diez millones de dólares, que apenas alcanza para comprar un par de máquinas y pagar los sueldos, y se juegan a todo o nada. Cuando pasa un accidente, no lo pueden bancar.

Laurence goldborne, el ministro de minería chileno, designó a un ingeniero de codelco para diseñar el rescate, llevó una supermáquina de codelco para perforar el agujero. Hoy en chile, aun con gobierno de derecha, nadie habla de privatizar codelco. Ni de la falta de competitividad del sector estatal.
Golborne hizo algo más. Puso al gerente de sustentabilidad de codelco, jorge sanhueza, en el rol de gran hermano. Sanhueza administra todo el contacto con los mineros. Es el que decide lo que sube y lo que baja. El que pone las reglas. Sanhueza y su equipo de médicos, psicólogos y expertos en supervivencia. Mandan los juegos, los naipes, las minibiblias. Marcan precisas rutinas de ejercicio, coro, teatro, técnicas de relajación. Los mineros piden vino y cerveza, gran hermano les manda sopa deshidratada.
Piñera hace de invitado especial. No se mete en el pozo. Juega con sobriedad el destacado papel de anunciarles a los mineros que serían rescatados antes de navidad. Luis, el líder de los mineros atrapados, lo llama señor presidente, pero le habla como si le estuviera hablando a su hermano. “señor presidente, estamos esperando que todo chile haga fuerza para que nos puedan sacar de este infierno. Nosotros necesitamos que tengan fuerza y nos rescaten los antes posible y que no nos abandonen”, lo alentó.
En medio de los saludos y la emoción, piñera aprovechó para bajar línea. “no vamos a hacer nada que comprometa su vida”, le dijo a luis. “ustedes no van a estar solos ni han estado solos un solo momento: el gobierno está con ustedes. Está todo el país con ustedes y quiero que estén tranquilos porque sus familias van a estar acompañadas y apoyadas.”

Todo queda registrado en high definition para ser editado por el ex dueño de chilevisión. Coraje, planeamiento y tecnología marca chile al servicio de la supervivencia.

Visto desde el facebook, el youtube o el msn puede hasta parecer gracioso. Pero hay que tener ganas de limpiarse el polvo de los ojos y decir “vamos a salir adelante”. Ahogados, sofocados, 17 días sin noticias del mundo, en estado de inanición. Hay que repasar cada instante de la vida y agarrarse de lo que sea, porque del pozo más profundo se puede salir. Las cartas de los mineros a los familiares revelan mucha angustia. Piden que no los abandonen.
Las desventuras de los 33 mineros atrapados en la mina san josé son el nuevo y exitoso reality show de la sociedad chilena. Ayer circularon nuevamente imágenes desde lo profundo del cerro, tan emotivas como las primeras, aunque más prolijas: los mineros aparecen exultantes, afeitados, con remeras rojas limpias (antes andaban en cuero) y hasta agitaron una bandera de chile.
Pero la delicia del público y la prensa, sin duda, son los videos que filman abajo de la mina. El segundo y último estuvo dedicado a “don seba”, como le dicen al presidente. Los mineros mostraron sus nuevas medias, zapatos, shorts. Por momentos, se los veía contentos. También mostraban los colchones inflables que mandaron desde arriba, revistas y libros. Algunos ya tenían anteojos negros, todos estaban bañados. “estamos orgullosos de ser chilenos y también de ser mineros”, dijo uno.

Ya no se habla de los cuadros de depresión que preocuparon a los especialistas cuando circuló el primer video. Si la hay, no se muestra. El show debe continuar.


Lola Primo - Calentamiento Radial
Lunes a Viernes de 9 a 11hs FM Ciudad99.1

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