sábado, 16 de octubre de 2010

"La Teoría del Binomio...


...o como desaprovechar un Partido de increíble potencial"

Si de cuestiones programáticas hablamos, es poco lo que se puede extraer de la actual gestión de Acción Marplatense, más allá de algún que otro eslogan o discurso oficialista que abre un abismo insondable entre lo dicho y lo hecho.
Desde la asunción del intendente Gustavo Pulti al frente de la comuna, distintas decisiones traducidas en hechos ayudan a apuntalar y desplumar la pomposidad del protocolo y la retórica para encontrar un tándem que provee uno de los sustentos de la gobernabilidad de General Pueyrredón: Licitación-Condonación, un binomio que ha sido utilizado de manera estratégica para ganar adeptos entre los que se encargan de “cortar el bacalao” (o en su versión más criolla, de “cortar el salame”).
Ambos mecanismos son procedimientos administrativos reconocidos por la legislación actual y, en la práctica, lo que se presenta como dos cosas distintas, se encuentran estrechamente relacionadas en nuestro Partido, como veremos más adelante.
Por un lado, la condonación es “el acto jurídico por el cual una persona o entidad acreedora decide renunciar a su derecho, liberando de pago al deudor”. En tanto la licitación, se presenta como un “procedimiento para la adquisición de suministros, realización de servicios y obras que celebre el Sector Público”.
El viernes 15 de octubre el Honorable Concejo Deliberante aprobó una nueva y escandalosa contratación: la de las 65 cámaras de seguridad por 6 millones de pesos, es decir, la adquisición del sistema de monitoreo más caro de la provincia, teniendo en cuenta que en otros puntos del territorio bonaerense por el mismo servicio se ha llegado a pagar la mitad de lo que el municipio de General Pueyrredón desembolsará para los empresarios Montoto y Hadad, este último motivo de críticas de parte del mismo ejecutivo local hace algunos meses, justamente por una supuesta “extorsión” para contratar este servicio de cámaras.
Esta licitación llena de irregularidades contribuye, como las condonaciones, a vaciar las arcas comunales, que ya se encuentran hace tiempo en rojo, y que no parecen encontrar salvación más allá de la ayuda del gobierno provincial. Y no es la única.

Cobrando poco, pagando mucho

La ecuación es simple: al beneficiar a unos, inevitablemente se perjudica a otros. El arte de la política consiste básicamente en lograr cierto equilibrio entre las partes, entre los diversos actores sociales. Es la idea que le da sentido a la concepción de una forma de organización social y política, llamada Estado.
Haciendo la voluntad de quienes tienen poder de decisión (no sólo poder formal, sino también poder real), se avanza en detrimento del resto de los sectores, en este caso, el resto de la sociedad.
Los fondos administrados por el Estado tienen una finitud. En Mar del Plata, “capital nacional del desempleo”, los planes de vivienda se desarrollan con una lentitud dantesca, el transporte para las escuelas de las zonas periféricas se encuentra fuera de regla, las obras del Presupuesta Participativo para los barrios no se han finalizado, casi 14 millones de pesos bajados para seguridad no han podido ser justificados, y la lista de promesas de trabajo en el polo textil y diversos centro productivos de la ciudad han quedado en la nada.
Como contrapartida, los empresarios de los balnearios de Playa Grande pagan montos irrisorios, el edificio histórico de la vieja Terminal de Ómnibus se adjudica en una licitación plagada de irregularidades bajo conceptos que en nada benefician al municipio ni a los vecinos, distintos empresarios consiguen condonaciones tomando como rehenes del mercado laboral a los trabajadores, quienes –según concejales y empresarios que apoyan estas medidas- podrían perder su sustento económico si el municipio no perdona deudas, se da vía libre para la construcción de torres en la zona de Punta Mogotes y como última frutilla del postre, se aprueba con la mayoría automática en el recinto la escandalosa contratación de cámaras de monitoreo a costos elevados y con cláusulas que dan un gran margen de decisión a “Global View”, la única empresa presentada.
El municipio paga de más cuando debe licitar, y cobra de menos, al decidir condonar.
La gobernabilidad permitida por el binomio “Licitación-Condonación” es limitada, porque también limitados son los fondos de la Comuna y la paciencia de los vecinos afectados de diversos puntos de General Pueyrredón, a los cuales les convendrá apelar a la memoria para que, al momento de plantarse nuevamente frente a la urna, lo piensenn dos veces antes de volver a cortar boleta.

Diego Virgolini
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